Humedades de Condensación y su diferencia con las Humedades por Capilaridad
La humedad de condensación está definida en el CTE como aquella humedad que tiene su origen en el vapor de agua contenido en el aire, cerca del 3%, y que condensa al alcanzar su punto de rocío.
Para evitar las condensaciones se puede calentar el aire o reducir la cantidad de vapor de agua tanto por ventilación como por secado del aire. Para ello, se suelen utilizar extractores en los conductos de respiración. Estos extractores son dispositivos eléctricos, muy fáciles de instalar para airear, ventilar, reducir los malos olores y resolver nuestro problema, el moho. Estos ayudan a evacuar el aire evitando así la condensación.
Sin embargo, el CTE nos propone solucionar este problema colocando aislamiento térmico sin interrumpir su continuidad, es decir, por ejemplo en pilares integrados en fachada, el aislamiento en fachada no se interrumpe por la presencia del pilar. Esta continuidad bien resuelta hace que el puente térmico desaparezca casi por completo.
Por otro lado, nos encontramos con la humedad por capilaridad, aquella que eleva el agua del suelo por los elementos constructivos, ya sea interior o exteriormente. Esto es debido a la capacidad que tienen los líquidos a ascender como consecuencia de la fuerza de adhesión entre el agua y el material, y de la cohesión.
El origen de estas aguas puede ser freático o producto de la filtración por lluvia o riego, por lo que principalmente se humedece son las paredes y pavimentos en contacto con el suelo.
La humedad por capilaridad produce daños muy complejos y de muy distinta magnitud, desde manchas y desconchones a la pérdida de estabilidad por pérdida de masa del muro. Por tanto las soluciones pueden ser varias, desde la instalación de higroconvectores a resinas antihumedad.
Una de las posibles soluciones es el uso de morteros transpirables, siendo la opción mas económica pero no por ello la peor. Este es un mortero de saneamiento formado por microporos que absorben y extraen las humedades del muro evaporándolas y expulsándolas al exterior.
Lo que tenemos que evitar es que salgan estas humedades, por lo que tenemos que tomar medidas desde la construcción de la edificación. El CTE también nos propone soluciones para este caso:
- Disponer una barrera impermeable que cubra el espesor de la fachada a más de 15 cm por encima del nivel del suelo exterior.
- Si la fachada es o tiene un material poroso, debe disponerse un zócalo de más de 30 cm de altura sobre el nivel del suelo exterior, que cubra la barrera impermeable sellándosela unión con la fachada.