¿Qué implica que nuestra vivienda tenga calificación energética tipo B?
Lo primero y más importante : Un ahorro en nuestras facturas de consumo energético. Te lo contamos!
Actualmente, la mayor parte de la población es consciente de que debemos proteger el medioambiente y no malgastar la energía. El cambio climático que estamos observando es debido a un consumo irresponsable de energía.
Dentro de los consumos de energía, el sector de los edificios es el responsable de un elevado porcentaje, aproximadamente el 40% de la energía final de la Unión Europea, además también producen elevadas cantidades de CO2, uno de los llamados “gases invernadero”. Además, el coste de la energía ha ido creciendo, las facturas de energía son cada día más insostenibles dentro de la economía familiar.
Los edificios y viviendas en España siguen esta línea de altos porcentajes (21%), por lo que se convierte en una necesidad conseguir una reducción del consumo de energía, que conllevará al ahorro de nuestras economías. Por este motivo se promulgó en abril de 2013 el Real Decreto 235/ 2013 mediante el cual, se exige a todo tipo de edificaciones la realización de inspecciones de eficiencia energética en sus instalaciones térmicas.
Para la mayoría de las personas la compra o alquiler de una vivienda es uno de los gastos más importante de su economía. A la hora de decidir dónde vivir entran en juego gran cantidad de factores: disponibilidad de servicios, localización, confortabilidad, etc., olvidando muchas veces el factor vinculado al consumo energético.
Ahora esta tendencia está cambiando, los consumidores buscan ahorrar mediante la reducción el consumo, y eso se consigue reduciendo la demanda energética. Es un ahorro directo, pues la energía que no necesita el edificio no se suministrará. La demanda del edificio se produce fundamentalmente debido al acondicionamiento térmico, el agua caliente sanitaria y a la iluminación.
Para reducir la demanda en vivienda hay varias posibilidades, la fundamental sería mediante el diseño, es la más eficiente, y también gracias a la adecuada selección de los sistemas del edificio, ambas presentan ahorros verdaderamente importantes.
A continuación vamos a explicar cómo hay que seleccionar los sistemas del edificio.
Los sistemas del edificio los vamos a dividir en dos apartados diferentes, por un lado las aplicaciones, entiendo como tal a los electrodomésticos, iluminación, etc. Y por otro lado los generadores de energía, tanto térmica como eléctrica.
- Las aplicaciones, deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
- Los aparatos a instalar (frigoríficos, hornos, cocinas, etc.)deber ser de consumos bajos (consultar etiqueta energética) y que hayan superado satisfactoriamente todas las normas UNE que deben cumplir.
- La iluminación se hará con bombillas de bajo consumo, en aquellos puntos en los que estén encendidas de forma permanente más de cuatro horas.
- En las escaleras y rellanos se colocarán sensores de presencia con bombillas incandescentes (preferiblemente alógenas).
- Sistemas generadores, en cuanto a los sistemas productores de energía deben tenerse en consideración la fuente de energía que utilizan, pero independientemente de esto deben cumplir:
- El sistema centralizado es preferible al individual por gestión y rendimiento de los equipos.
- Sistema de calefacción, la distribución se hará por suelo radiante. Pero además debe tenerse en consideración la selección entre los siguientes equipo:
- Calderas de baja temperatura o de condensación.
- Equipo de cogeneración, que suministraría, además, energía eléctrica.
- Bomba de calor.
Se descartan como sistemas adecuados los radiadores eléctricos (incluso los de acumulación nocturna), y las calderas convencionales.
El que más ventajas presenta es el equipo cogeneración, ya que puede suministrar con altas eficiencias toda la energía térmica y eléctrica que el edificio requiere, alcanzando niveles de rendimiento elevados (superando al 80%). El inconveniente que tiene es que durante el verano genera energía térmica que no se va a utilizar, por lo que el rendimiento del 80% se reduciría sensiblemente, ya que la demanda de energía eléctrica es más pequeña(debido a la reducción de demanda en iluminación) y la demanda energía térmica es mucho menor en verano que en invierno. La única forma de compensar estos desfases de demanda es instalando refrigeración mediante máquina de absorción de simple efecto. Ello conferirá a las viviendas una gran calidad al tiempo que se aprovecharía la energía térmica procedente de la cogeneración durante el verano.
Las calderas de condensación o baja temperatura resuelven el problema térmico, pero no el eléctrico, con lo que habría que pensar, bien la conexión directa a la red, bien en una instalación fotovoltaica, por otro lado usan el mismo tipo de combustible que para la cogeneración (gas o gasóleo).
La bomba de calor tiene una doble ventaja, con un mismo sistema se obtiene calefacción y refrigeración y además, tiene un alto rendimiento. Es aconsejable con la instalación de paneles térmicos. La desventaja que presentan es que funcionan con energía eléctrica (hay algunas de gas).
La decisión sobre el sistema de suministro eléctrico dependerá de la decisión tomada de instalar o no un sistema de cogeneración. En caso afirmativo es evidente que la potencia contratada será mínima. En cambio si se opta por la bomba de calor la potencia debe ser elevada.
El elegir estos sistemas correctamente supone un ahorro energético y una disminución de los gastos de facturación, tanto eléctricos como de combustibles, disminuyendo nuestra dependencia de suministros.
