Tasaciones de bienes muebles

Además de bienes inmuebles, es cada vez más frecuente la demanda por parte de los clientes de un informe sobre tasaciones de bienes muebles. Por lo general, las situaciones más comunes para la realización de un informe de estas características son herencias o disoluciones de condominios, aunque su elaboración es también fundamental para algunos procesos como liquidaciones de empresa, compra venta de activos, reclamación a aseguradoras o declaraciones de cara a Hacienda.

En el caso de sucesiones o divorcios, los muebles a valorar en su mayoría son muebles usados. Entre los tipos de bienes que se consideran en estos informes, podemos encontrarnos con sofás, electrodomésticos, objetos decorativos, joyas o cuadros, ya sean comprados de fábrica o bien, bajo encargo (hechos a medida). También podemos encontrarnos con la valoración de enseres u objetos personales. En su totalidad, podríamos decir que es la valoración de un ajuar doméstico.

Por su parte, los objetos a valorar de los informes en el ámbito empresarial o industrial, que por su mayoría resultan tras las liquidaciones de empresa o reclamaciones a aseguradoras, suelen ser mobiliario para oficinas o maquinarias.

A la hora de realizar la valoración, es imprescindible la visita de un técnico para comprobar que las descripciones del inventario reflejados en el documento enviado por el cliente para la solicitud del presupuesto corresponden con la realidad.

En este informe a realizar, se incluyen diferentes capítulos donde se constata el autor del informe, el solicitante de este y su finalidad, la descripción de los bienes muebles a valorar, la valoración del inventario y por último los anexos que incluyen tanto las fotografías, mediciones o descripción de cada bien valorado como de los comparables utilizados para su valoración definitiva.

El método de valoración más común en este tipo de informe es el método de comparación, el cual consiste en la búsqueda de comparable similares al bien testigo que se va a valorar, computando cada comparable con un porcentaje según características, acabados, volumetrías y estado de conservación parecido al testigo.

Una vez se tenga el precio computado, se realiza la media aritmética de todos los comparables, dándonos el valor del testigo. El valor definitivo puede variar si el mercado de comparables es heterogéneo o tienen un estado diferente al valorado, pudiendo ser penalizado o beneficiado según acabados o conservación.

También nos podemos encontrar con casos especiales, como bienes muebles, que, por sus características de fabricación, materiales, o volumetría, no cuentan con un mercado de comparables similares; este podría ser el caso de algún mueble hecho a medida o un cuadro de características concretas. Para proceder a su valoración, será necesario el método del coste, que tiene como finalidad el poder valorar la sustitución de un mueble de las mismas características, con los precios actuales de materiales y mano de obra; a este valor se le aplicará una depreciación en referencia al tiempo de antigüedad y estado de conservación. Será importante en estos casos, la toma de medidas específicas y la volumetría del objeto.

Por último, en el caso de mobiliario antiguo, refiriéndonos a los muebles que tienen al menos 100 años, es necesario un técnico especializado en la valoración de este bien, el cual deberá valorar si tiene esta característica o no. Se tendrá en cuenta otros factores como la cantidad de ejemplares que se encuentren del bien, variando así su valor y la importancia de que haya sido restaurando, resultando más complicada la valoración.

Una vez obtenidos los valores de cada bien mueble, se procede a la sumatoria del inventario en su conjunto, dando el valor final del informe. En el caso del método de comparación, se añadirá en los anexos fotografías de los comparables junto al link de cada uno y el coeficiente por el que ha sido computado, pudiendo dejar reflejado el valor definitivo del testigo.

Este tipo de informe es muy útil para aquellos informes que tienen como finalidad herencias, divorcios o liquidación de empresas, ya que la partición del inventario podrá ser más equilibrada y justa.